6
horas de viaje (tras las que acabamos con los tranquilizantes de las farmacias
de prácticamente toda la costa mediterránea) nos llevaron a Benidorm el pasado
Viernes 26 de Julio. Llegamos dopadas, cansadas y desesperadas, pero llegamos a
tiempo para disfrutar a tope de la quinta edición del Low Cost Festival.
Que
Mercadona es Indie ya lo sabíamos desde que cogemos sus carros de la compra
usando una moneda del BBK Live (funciona). Pero esta vez además nos proporcionó
el menú Indie más insano de los últimos tiempos consistente, básicamente en
Jägermeister, olivas, patatas fritas de toda clase y cerveza (la nevera de
nuestro apartamento ya la quisiera para él Mario Vaquerizo).
Con
semejante cocktail en nuestro cuerpo y tras una ducha y primera inspección por
la piscina del apartamento (casi todo el mundo con pulserita del Low Cost, eso
mola), marchamos rumbo al Festival. Es difícil comentarlo todo, porque lo que
queda de un festival, su poso, son más bien sensaciones, pero intentaremos
contaros algunas cosillas de los conciertos de la 5ª edición del Low Cost.
Día 1:
Two Door Cinema Club (re bautizados como Su-dor Cinema
Club por el efecto sauna que se creó en su concierto) cargaron de pilas al
público que en menos de 10 minutos saltaba sin parar a ritmo de sus hitazos
(aunque algunos se hicieron esperar). Uno de los mejores conciertos del
festival y una sorpresa para nosotras, que los teníamos catalogados como un
grupo divertido de canciones para bailar pero OJO, que musicalmente tienen
telita de la buena.
Día 2:
Portishead, el grupo al que vemos cada mes de
Julio (esperamos que siga siendo así), repitió prácticamente el setlist y la
puesta en escena de su concierto en Barcelona del verano pasado en el Poble
Espanyol. Realmente no necesitan hacer nada más. Teniendo a Beth Gibbons no hacen falta ni
bailarines ni tías buenorras ni nada parecido. 100% sensibilidad que, por
cierto, no gustó a todo el mundo. No podemos entender como en un concierto de
Portishead puede haber gente hablando de lavadoras. Terminamos solucionándolo
metiéndoles el dedo en el ojo sin querer (evitarlo). Y se fueron a tiempo para
dejarnos disfrutar del bis y salir corriendo hacia el escenario Energy Sistem
para ver a nuestros queridos Dorian
que se han hecho mayores y nos provocan cierta sensación de abuelita orgullosa
cuando los ves ahí arriba bordándolo.
Gamberros
como ellos solos, Crystal Castles,
capitaneados por una Alice Glass en
su más pura línea destroyer (nos encantan las posturas que pone en las que
parece que va a parir, está como una p*** cabra), pusieron el nivel de baile en
un punto que parecía insuperable. Pero ¡ojocuidao!
Cambio de escenario, pero no descenso de nivel: ¡MENDETZ!
Será
que llevábamos ya unos cuantos Jagger, será la combinación de conciertos +
amigos + buen rollo pero lo cierto es que el concierto de Mendetz fue de esos
en los que, miraras a donde miraras, veías a la gente bailar y sonreír
(nananananananana, nanana, nanana…). Mención especial al chaval que se pasó
medio concierto bailando encima de dos PolyKlin. Esperábamos que se metiera un
pesco para enviarlo a vergüenza ajena, pero tuvo suerte y no fue así.
Día 3:
Love of Lesbian, salía al escenario sabiendo que
aunque se pasaran las dos horas escupiendo flemas al público, más de la mitad
de los asistentes seguirían adorándolos. Porque sí, porque son un grupo con un
alto nivel de fanatismo y con muchos de sus fans de una media de edad temprana.
Pero si hay algo que su gira interminable de “1999”
ha logrado, es terminar de imprimir madurez y puesta en escena a la banda. Si
le sumamos a eso el talento innato que desprende Santi Balmes como showman
(es un tío que atrapa, pa’ que negarlo), pues tenemos un concierto bastante
redondo en el que no faltaron los coros improvisados del público para todas sus
canciones-himno.
Se
apagan las luces, suenan unos sintetizadores y sale una tía jamona embutida en
un apretadísimo traje negro brillante. Sí, es Alaska y sí ¡Es el concierto de Fangoria! Echamos de menos más temas antiguos (es normal, presentan
nuevo disco pero no sé…) y encontramos a Olvido – Alaska un poco más siesa de
lo habitual. Pero como incondicionales que somos de ella, de su santo esposo,
de sus tablas, de sus canciones ochenteras y de la madre que la parió (la
pequeña America), nos fijaremos en la parte positiva: El espectáculo que Alaska
monta al salir a un escenario. Que nos tenía a todos que parecíamos adoradores
de su secta particular.
Hubo,
como sabréis, sorpresa final (¿sólo nos lo esperábamos nosotras?) y salió una
representación de Nancys Rubias al escenario a interpretar su versión del “I
don’t care” de las noruegas Icona Pop (suponemos que en playback). No pudimos
verlo porque estábamos viendo a Standstill
y creemos que salimos ganando con el cambio ;)
Llegar
al escenario Energy Sistem y verlo a menos de la mitad de su aforo (todos
estaban viendo Fangoria) era un descanso: Los que están viendo a Standstill son
fans de Standstill y nos ahorraremos las conversaciones de lavadoras. Diremos
de este concierto, que nos pareció uno de los mejores de todo el festival con Mr. Montefusco cantando, como siempre,
como le da la real gana (no se puede cantar mejor), un público entregado y una
de las mejores fiestas del festival con su temazo “Por qué me llamas a estas horas?”.
El
poder de las bragas de Hello Kitty es indudable. Por eso seguimos sanas y
salvas después de haber bebido más Jägermeister del que Iggy Pop pudiera
soportar y de haber ingerido más grasas polisaturadas de las que Beth Ditto
pudiera devorar.
Han
sido 3 días a tope de musicote, risas hasta el infinito y la playita de Levante
(ensalada de algas). El año que viene está aún muy lejos pero estamos seguras
de que más de uno y más de dos cuenta los días para la que será ya 6ª edición
del Low Cost Festival.
¿Nos
veremos en Benidorm?
#OARGH!!